miércoles, 3 de octubre de 2012

Convirtiendo a mi enamorado en la Princesa Leia.

Según Wikipedia, son una respuesta emocional compleja y perturbadora, que surge cuando una persona percibe una amenaza hacia algo que considera como propio. Comúnmente se denomina así a la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la persona amada nos reste atención en favor de otra. 

Según yo, son esa cosa que teconvierteenunababaverdequeespumeaybotahumocomounalocomotora cadavezquetedascuentaqueapareceotrachicaalaquenitúnituenamoradoconocen pero no por eso deja de caerte mal. Tú decías "No, no soy celosa,  mira a todas las chicas que quieras" y era verdad, es más, hasta tú le mostrabas chicas lindas para que viera y por una fracción del día te volvías algo muy cercano a la lesbianía para poder calificar mujeres y divertirte un rato con él. Ahora te enojas porque él mira chicas sin ti y ¿qué hay con eso?

El ver chicas contigo, era pasar un rato divertido, criticar un poco y fingir celos por dos segundos, de esos que son para apretarte los cachetes de marrana flaca que te manejas y estamparte un besito en la frente que te tiñe la carita de un rojo muy sinvergüenza. Ver chicas sin ti, ya deja de ser un rato divertido -al menos para ti- porque ya no critican juntos nada y eso hace que de fingir celos por dos segundos pases a reventar de celos en menos de dos segundos y si se ponen rojos tus cachetes es porque la marrana flaca está atrevesando por un fenómeno secretomotor complejo caracterizado por derramar lamentos del aparato lagrimal, sin provocar ninguna irritación de las estructuras oculares.

Al cristiano y pa' llevar: LLORAS.

Y así es como tu grado de estupidez y tu capacidad de enojo se fusionan gracias a la famosísima carta llamada CELOS. ¿Alguna vez has jugado Yu Gi Oh? Has de cuenta que en tu deck tienes la carta de "Estupidez Extrema" (caracterizada por el comportamiento caníbal de hablar gritando -o en su defecto, usando mayúsculas para escribir- y diciendo pavada y media que al día siguiente del suceso deseas que hubiera sido todo un sueño y que ojalá te hubieses atorado para no soltar todo lo que dijiste) y la carta de "Enojo" (caracterizada por recordar todas las cosas que te molestaron un poquito y convertirlas por un lapso de una o dos horas tu mayor incomodidad y/o ofensa, todo esto sin importar las cosas lindas que has podido haber recibido, escuchado y/o visto). Estás en la partida y -como decía antes de inspirarme- tienes estas dos cartas en tu mano. No tienes cuidado con ellas porque, valga decir, que son cartas material de fusión. En otras palabras, que sólo pueden activarse si es que aparece una carta fusión, en este caso, la carta llamada "Celos". 

Al cristiano y pa' llevar: Los celos pueden convertirte en la persona más estúpida del mundo cuando te enojas, y cuando te enojas duplicas tu grado de estupidez así que... ¡Imagínate! Vergüenza das. 

¿Crees acaso que tu enamorado dice "Oh no, empezó a escribir con letras mayúsculas, sálvese quien pueda!"? Mariconadas. Aunque puede que sí lo piense pero, vamos, no lo asusta. O bueno, a algunos sí les asusta pero con todos, al final de la discusión, piensan que fue ridículo que te pusieras así. Date cuenta, no son un arma mortal. No harías daño a nadie escribiendo con letras mayúsculas. Si reemplazas las letras mayúsculas por el acto de gritar, el resultado es el mismo. No ganas nada más que convertir la situación a peor, ¿por qué? porque ahora ya no eres tan sólo una celosa, sino que eres una celosa enojada con un enamorado espantado y decepcionado de tus reacciones trogloditas LO QUE TE CONVIERTE en material de extinción. 

De ser bonita, adorable, tierna, dulce y hasta un poco torpe pero querible y abrazable en todos los aspectos, te conviertes en esa mucosa viscosa de coloración verde que atrapa y arrasa con todo y todos. Tu enamorado vendría a ser la princesa Leia (Star Wars) atrapada en esa concepción de maldad y deformidad que eres tú. Jajajajajaja, bueno, ni tan deforme, a lo que voy es que cuando te enojas, cuando lloras o cuando te pones celosa, TE PONES FEA.

Y ni tú ni yo queremos ser feas, ¿verdad?

Aquí es la parte donde sugeriría acciones para controlar los celos, daría consejos para no actuar estúpidamente ni recurrir al canibalismo (no sé por qué digo canibalismo si nada tiene que ver pero ya me entienden) de hablar gritando (ah sí, los caníbales se comunicaban gritando), ni recurrir al uso de mayúsculas para imponer tu pavada y media (de la que, repito, al día siguiente te arrepientes y deseas haberte atragantado con todas y cada una de las cosas que "sabiamente" dijiste) olvidando todas esas cosas lindas que hicieron por ti y que día a día te dijeron para acordarte de pst, esa cosita que estalló un globo en medio de tus ojos y que hizo que pongas cara de chupar limón por 3 segundos -yaya, 4 segundos- pero la anuncias como si hubiera sido la razón por la que no dormiste tres días y que te convirtió en víctima de la depresión. 
Debería crear un antídoto, pero lo cierto es que yo también me convierto en una horrible, deforme y viscosa baba verde. Lo que queda es contar la experiencia para decir que, en cualquier situación, después de dormir todo es mejor, sale el Sol y hasta los pajaritos cantan; y cuando eso pasa, te acuerdas de la embarrada que hiciste y te arrepientes. Por eso, si no quieres arrepentirte por nada, lo mejor es que no actúes cuando estás molesta y dejes pasar un turno para esperar una carta mejor y no tener que fusionar "La estupidez" y "El enojo" con "Los Celos".

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