martes, 4 de abril de 2017

No title 🤓

La inteligencia, enamora. Aquel que te empuja a sacar la mejor versión de ti mismo, enamora. Aquel que te inspira, que te regala más alegrías que penas y te cuida mientras te acaricia todo el día con el pensamiento, enamora. Que se supone que si uno está con alguien es para que sea tu colchón y tu risa; para que en lugar de amargarte el día te lo haga 100 puntos. Dejemos de lado esos amores berrinchudos, que para esos ya estamos viejos. Como dicen los sabios, cada quien elige con quien complicarse la vida y la verdad es que a estas alturas seguro ya nos la han complicado bastante. Lección aprendida, porque quien te quiere no disfruta haciéndote renegar, no te hace quedar en ridículo, no se alimenta de tu sufrimiento, que por muy poco que pueda ser, si en la intención reside es que en el fondo quizás busco entre las penas, ser la más grande. Por gusto insistir, que hay más y hay mejor. Más inteligentes, más que inspiren tu éxito; que en lugar de ser un conflicto sean tu apoyo. No sé dónde, pero Dios lo esconde y sin querer te lo manda cuando menos imaginas... so be smart, que a nuestra edad es casi un requisito ser selectivos en nuestras batallas. Y ahí, en el costado izquierdo donde late tu fe sabrás cuando es que te pusieron todas las cartas sobre la mesa y dirás "ok, ya fue bastante". Y si dudas, es porque fue bastante. Y si no hay confianza, es porque fue bastante. Y si fue bastante es que ya no tiene solución, no da ni para atrás ni para adelante. Y si no es lo que algún día fue, ya habrá quien sea y será todo. Y solo toca brillar. Y ser mejor. Y buscar quien pueda hacernos mejor. Un amor inteligente, de esos que Dios te pone casi casi con su propia mano. Sin forzar, que así la música suena más bonito. 

jueves, 9 de marzo de 2017

Hoooli.

Han pasado... muchos años desde que no entro aquí. Hasta me da miedo, creo que tendré faltas ortográficas o algo así. Ya no leo, ya no escribo. Muchas cosas han cambiado desde entonces... tiempos en los que tecleaba en el escritorio de mi abuelita, tomándome una coca cola heladita y esperando a que llegara a verme mi viejo.
Mi abuelita murió. Mi viejo también. 
Ingresé a una ingeniería... YO! y la terminé amando. Me enamoré, hasta los huesos y me caí. No, no... qué me caí! YO ME FUI DE CALDO! así, literal. Pero aprendí bonito y la pasé muy bien. Debo decir que gracias a eso decidí cerrar mi mente un poquito más (decidí nomás, porque al parecer no aprendo). Puse una empresa; linda, rosada, dulce y cool. Dormí mal. Muchas noches. Aprendí que a veces soy loca y me resigné.Viví bonito. La sufrí un par. Conocí cosas bonitas, gente bonita... Y algunos de los bonitos rostros que conocía se hundieron en una lista que desapareció.
Ah pero ni crean, conocí gente muy fea también.
Y con fea me refiero a mala leche. Mala onda. De esas que te acercas y de la nada ya desprenden rancio. Pero mejor ni hablar de eso. Sigo conociendo gente, y hasta creo que me di el lujo de aprender a "clasificarla". Desde el saque, como para saber en qué están y qué esperar de ellos. Sé que suena muy terrible y muy prejuicioso de mi parte pero, a ustedes qué les importa! o sea, así es como uno sabe a qué atenerse... a qué enfrentarse y sobre todo: cómo hacerlo.
Como para no caldearse tanto, no?
De hecho, hasta se los recomiendo. Porque los ojos no mienten. Vean a la gente a los ojos, por favor! eso aprendí yo. Pueden mostrarse muy duros, recios y hasta que no les importa el mundo... Pero en el fondo sí. O al menos eso crees (quieres creer).Y no saben lo lindo que es engañarse a uno mismo insinuando que pueden sumergirse aunque sea un ratito en ese "falso paralelo". La sensación es alucinante, así dure dos minutos y después te vayas como en caída libre.
Como para no perder la costumbre de cagarlas, ya saben.
Aquí el honor al mérito va para la experiencia en aprender a sobarse después de cada vez que la joden a uno... y no me digan que nunca les pasó. Se llama crecer, y lo saben. Qué triste, no? Ya todos nos hemos vuelto viejitos y un tanto desconfiados. Más vividos, menos crédulos... Más de poner distancias, de dejar en "visto" y hacerse los importantes. Pero en fin. Es la experiencia de crecer y el poder de ser selectivos en nuestras batallas. Porque ya te cansas pues, ya sabes como es y valoras tu salud mental.
Lo que sí no ha cambiado es que sigo hablando pura mierda.
Honestamente, ni siquiera sé por qué entre aquí. Ni siquiera sabía qué escribir, creo que sólo quería saludar y decirles que de momento todo esta "okis"!. Sabe Dios si volveré a entrar en unos dos años más. Sabe Dios dónde estaremos todos, dónde estaré yo. Si estaremos, también! Si google seguirá reconociendo mis accesos aquí (porque la verdad que ni la contraseña me acuerdo). Lo que sí me alegra es ver que la gente, en la medida de lo posible, es feliz. Me encanta cuando comparten sus viajes, sus compras, sus fiestas, sus noviazgos, sus logros. Todo, todo.
Aquí es donde mando besos, abrazos y demás "xoxo" de color rojo "691" de Maybelline que me compré hace un par de meses y que está de infarto.