lunes, 29 de agosto de 2011

Para eso está la gente.

Con notable éxito se desarrolló el III Congreso de Ingeniería Comercial.- El campus de la Universidad Católica de Santa María se vistió de gala los pasados 25 y 26 de Agosto, días en los que albergó a una multitud conformada por jóvenes y empresarios de diferentes partes del país. La ardua jornada de dos días tuvo como objetivo difundir conocimientos y tecnologías contemporáneas en el ambiente académico, en el campo empresarial y en el sector público

En las filas de los expositores y panelistas encontramos profesionales como Mercedes Aráoz, Hernando Guerra - García, Henry Lamaire-Maringer, Juan Manuel Villasuso, Françoise Maringer, Pedro da Motta Veiga, Lelia Rubina, Rosanna Ramos Velita, Alan Fairlie y Alexei Álvare Drobush; quienes con experticia lograron una integración de conocimientos, enfoques y estrategias de acción más pertinentes y eficaces para la innovación empresarial del período 2011- 2016. 


Ese fue mi comentario formal.

A pesar de todos los comentarios que se anteponían a las caras de disgusto de gente que conozco (y de la que, puedo decir, tiene más -mucho más- experiencia que yo) cuando les decía que iba a ir al congreso, fui. Si no todos fueron los que me dijeron que no me iba a servir ahora, que curso el segundo semestre, fue porque hubo una minoría que alegaba que era una pérdida de plata. "El certificado que te dan sólo dura tres años, no te servirá". Tantas cosas las que escuché.

Y no me importan.

Yo en realidad fui porque quería ver la carrera desde el punto de vista práctico. Ver la opinión de los que ya estudiaron algo similar y ahora trabajan con eso que yo sólo conozco en teoría. Aquellos que resuelven problemas de verdad, analizan casos reales y manejan documentos importantes; todo lo contrario a mis problemitas que se resuelven -o en su defecto, deberían resolverse- en dos minutos, mis casos supuestos sacados de algún libro y mis "documentos" que en realidad son sólo formatos.

Soy nada.

Pero ser nada me ayudó a darme cuenta de que puedo ser algo, y como yo, podemos todos. Que es verdad que no se nace sabiendo, pero si uno quiere entender, va a entenderlo todo. Que si bien podemos inventar lo que no existe, hemos de justificarlo. Nada sale del aire. La gente que se esfuerza, los lunes por la mañana sonríe y no anda con el síndrome de Puffynouse. 

Puffynouse, o como tradujo Lamaire: "Najiz de miejda".

¿Por qué así? Porque uno arruga la nariz, anda con los diablos azules, amargado, harto y sin ánimos de hacer las cosas. Sin ganas de aprender y hasta -podría decirse- sin ganas de vivir. Eso mueve a cualquiera, y creo que es lo que penetró más en la esponja que es mi cerebro. Y bueno, a quién no se le va a quedar grabada la frasecita.

No todos los días un diplomático francés dice MIEJJDA como quien pide agua.

Jaja, otro que me pareció lindo fue Nano Guerra García. Un tipazo el hombre. Nos mostró casos reales que él había conocido de cerca, uno de ellos, el último para ser más precisa, fue el de una familia de tres hermanos -todos hombres- y una madre -que también cumplía roles de padre- que enferma de cáncer ya sólo contaba con un par de años más de luz. Uno de ellos, Luis, renunció a su pasión por el fútbol para poner una cevichería en su casa y así poder conseguir fondos para mantener a su familia y amortiguar un poco la enfermedad de su madre. Uno de sus clientes, -un taxista, como lo recuerda- hizo lo que lejos de una crítica constructiva hirió su orgullo de "cocinero". Lo que no te mata te fortalece, como dicen algunos. Luis buscó cómo instruirse, cómo cocinar mejor y cómo hacer que su ceviche sea el más rico del barrio.

El chino de al frente, su vecino, fue testigo de todo.

El chino de al frente, dueño de un terreno vacío, los buscó y habló con ellos. Les ofreció facilidades para que compren su propiedad y sigan creciendo. ¿Por qué hizo esto? Porque le dio la gana. Sí, así como se ve: al chino le dio la gana de rematar su terreno y ayudar a tres hermanos sólo porque querían hacer algo para retribuir a su madre enferma todo lo que hizo por ellos. Después de un tiempo, cuando todo estaba listo y sólo faltaba inaugurar el nuevo local, su madre cayó en lo que llamaré "el sueño eterno". Ese día, ella les dijo que ni se les ocurra cancelar la inauguración. Atendieron hasta la noche, llevando el luto por dentro hasta que por fin pudieron cerrar lo que estuvo inspirado en quien, el mismo día de su inicio, tuvo el día de su fin.

Triste, ¿no?

¿Qué es lo que nos quiso transmitir Nando con el relato? Pues muchas cosas. Entre ellas, como la principal, encontramos una conclusión que confirmaremos si la aplicamos a otras realidades: Las peores situaciones son las que hacen que saquemos lo mejor de nosotros mismos. Quise usar mejores palabras para la frase pero en crudo, así como está, suena linda. 

Suena bien, motiva.


Las otras cosas rescatables encierran ideas como ser perseverantes, no ser conformistas y no admitir el fracaso como una opción. Ponerle ganas y el resto será más fácil. 

Así que por esa parte, diez puntos a la motivación. Bien, Nando, bien. Los demás temas, en resumen, me dejaron ideas como: saber exportar, hacer lo que me gusta, investigar y nunca dejar de aprender. Ideas como que las cosas, además de su precio tienen un valor y ESO es justamente lo que nos debe de preocupar al momento de vender. Ofrecer productos que AYUDEN al cliente, porque al cliente "no le gusta que le vendan", lo que le gusta es que "le ayuden a elegir". 


Hay cosas que los libros no pueden decirte y para eso, está la gente. 




 Mercedes Aráoz - Economía Peruana: Oportunidades y Riesgos en el período 2011 - 2015

 Nano Guerra - García - "Espíritu Emprendedor"

Pablo Alcázar Zuzunaga - Compañía Minera Cerro Verde y su contribución al Desarrollo de la Región MACROSUR

De lo que sí me quejo, es del Cocktail de Clausura. En mi opinión le faltaba pisco, imagino que alguna mano traviesa hizo de las suyas por ahí.

4 comentarios:

Claudia Huerta Briceño dijo...

Deee-berías ser periodista en tus tiempos libres :)

Erika dijo...

Tú crees? me siento de lo más informal.

Victor Falconí dijo...

Bastante bueno el post de hoy. No sé si deberías ser o no periodista, pero lo que sé es que es muy entretenido leerte en verdad. Saludos.

Erika dijo...

Gracias Victor.