martes, 14 de febrero de 2012

Martes de Samba Lentín.

Hoy es martes, nada de Samba Lentín ni cualquier otra mariconada. Así de simple. Martes. A secas. Martes, un día como cualquier otro día en el que la lluvia amenaza en ciudades como la mía. Martes, donde kilómetros más allá de ciudades como la mía hay camarones asfixiados por la injusticia del clima y la terquedad del Sol. Martes. Perfecto para el estreno de The Walking Dead. Perfecto para comer torta de castañas, ir a comprar el pan, escuchar música o ver películas como Criaturas del Mal o Robo de Altura y si gozas de un poquito de valentía, puedes ver alguna como Peligrosa Tentación o Contando a mis Ex. 


Por nada del mundo veas Tres Metros Sobre el Cielo un día como hoy, martes.

Y si no quieres tener un día de cine puedes salir a caminar. Puedes caminar sin rumbo y cuando te canses procura que coincida cuando estés por un parque. Un establecimiento con vista a la calle estaría bien también. Puedes comer, pensar en las cosas que tienes que hacer mañana o tratar de recordar el sueño de anoche. Cuando estés lo suficientemente aburrido puedes jugar. Juega a que intentas descubrir la vida de las demás personas. Fíjate atentamente en los detalles. Juega a exagerar. Juega a mentir, aprovecha que así no le causas daño a nadie. El próximo señor que pase será tu personaje. Ráscate la cabeza o acomódate la casaca mientras esperas. Ahí va. Frunce el ceño. Es flaco, alto, de cabello canoso y un par de arrugas salpicadas en la cara. Lleva pantalón de vestir y un saco algo informal. Lleva un maletín, usa lentes y sus zapatos están lustrados. 

"Es doctor", dices.

Intentas adivinar su expresión en el rostro y te das cuenta que está preocupado por algo pero que en realidad no le importa mucho. Te das cuenta que probablemente esté tarde para ir a algún lugar y que haya salido de su consultorio porque lo llamó su mujer. Posiblemente discutieron la noche anterior y está pensando hacerse un préstamo de dinero la semana que viene. Está molesto porque gracias a su mujer almorzó huevo frito y ahora está deseando unas vacaciones en Arica, lejos de ella. Está imaginando La Lisera. Se entusiasma, está decidido. Va a mentirle, le dirá que es un viaje por cuestiones de trabajo. Ves cómo se pierde a lo lejos y te imaginas que pronto llamará a contarte buenas nuevas. Mientras imaginas qué noticias pueden alegrarle la vida una chica choca con él por casualidad. La adoptas y empiezas a escudriñarla. Alta, de contextura normal y de cabello largo. Ojeras muy discretas. Un poco despeinada. Zapatillas negras, unos jeans y un polerón al cual eres indiferente. Notas que es una chica tan común y tan silvestre pero tampoco descartas la posibilidad que ande triste. Lo sabes porque tiene el delineador corrido.

"Ha llorado", piensas.

Empiezas a preguntarte la razón de sus lágrimas y lo primero que se te ocurre es un muchacho. Uno de esos rufianes modernos que no atacan por dinero sino por diversión y que el único daño que dejan es el que queda en el corazón. Está enamorada de alguien que no le hace caso. Necesita distraerse. Ves su caminar, no es tan ligero. Seguramente viene de almorzar con alguna amiga. Lo más probable es que vaya a la tienda y compre una Coca Cola antes de entrar a casa. Increíblemente, obedeciendo a tus palabras se interna en la tienda y a los pocos minutos sale con una botella de agua. "Ajá", piensas. Empiezas a preguntarte por qué no compró una Coca Cola si tenía cara de ser una consumidora habitual. "Seguro está enferma". Y de pronto, ¡voilà!.

"Eso no fue lo que pasó".

Estuvo llorando porque el día anterior se enteró que estaba enferma. Hace casi diez meses que había notado algo raro en su organismo y fue a una consulta médica. La mandaron a hacer unos análisis. Ayer los hizo, le sacaron sangre hasta por gusto dejándola con los brazos morados: "¡es por ello que usa ese polerón!". Le dijeron que todo ese desorden es causado por un franco problema de Insulinismo desde hace ya un tiempo. Le explican que por eso ha engordado y que si no recibe tratamiento lo más probable es que lo siga haciendo. Justifican la caída de cabello y la falta de sueño. "Por eso anda despeinada. Evita peinarse para no perder más cabello. No duerme, por eso las ojeras". Le prohibieron los dulces y se siente tonta por tener  media torta en el refrigerador desde ayer, que coincidentemente fue el cumpleaños de su madre. Está enojada consigo misma por regalarle tan mala nueva. Ves cómo se aleja y te das cuenta que has podido ser tú. Ves al cielo. Ha pasado mucho tiempo. Te aburres de ver a la gente y caminas de vuelta a casa pensando en no regalarle chocolates a nadie y te afirmas en que tu pensamiento no ha tenido nada que ver con Samba Lentín. 

Un martes como hoy.

Puedes hacer eso o quedarte jugando con el celular. Comprar muchos dulces o un par de tacos mexicanos. Pedirlos mixtos y con bastante guacamole. Comprar la Coca Cola que esa chica insulínica tuvo que rechazar. Pensar en el viejo doctor, su mujer menopáusica y sus ganas increíbles por descansar unos días en el país sureño. Te dan ganas de contarle que de no haber desaparecido tan rápido de tu historia pudo conocer a una joven doctora que resulte ser prima tuya y que como en un cuento de hadas, le solucionaría la vida. Se mudarían al país y pondrían un consultorio. Su primer paciente sería una chica que tenga problemas con una hormona polipeptídica producida y secretada por las células beta de los islotes de Langerhans del páncreas. Intentas imaginar a esa paciente que puedes ser tú. Triste, un día como hoy, martes. Que al igual que tú ha decidido ver películas, olvidar que el resto del mundo celebra la Samba de Lentín, que se siente sola, decide caminar y hacer historias que algún día publique en su blog. 

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya... ya que dices eso, pregunto yo, ¿escribes esto para que la gente lo lea? ¿no te gustan las criticas constructivas (auhsausha=)?

Erika dijo...

Mira, acá hay algo muy sencillo. Éste es mi espacio. Pasa y deja algo de la alegría que llevas contigo. Mira sin compromiso y si te gusta, vuelve. Si es que no, también es muy fácil. Cierras y listo. Las críticas constructivas dan un aporte, no son la excusa de alguien lo suficiente incapaz y vago para divertirse un momento comentando bajo un anónimo :)

Anónimo dijo...

Bueno, creo que me malentendiste, no dije que no me gusta este blog (tu blog), solo lo que escribiste sobre el dia de hoy, lei cosas pasadas y fueron muy interesantes, ahora sobre lo del anonimo, no tengo problemas con cambiarlo pero... creo que si lo hago me vas a golpear (literalmente hablando)u,u

Erika dijo...

Sólo no me gusta hablar con fantasmas :) Gracias, qué bueno que te hayan gustado, lástima que me lo digas en una circunstancia así.

Anónimo dijo...

Haha... ¿rezas? xD era broma; siento mi delicadeza para decir las cosas, aunque no te quedas atras,"(suficientemente incapaz y vago) cita:erika zeballos" xD

Erika dijo...

Creativa disculpa jaja cuándo dejarás el anonimato?

Anónimo dijo...

Bueno, si me dices cuando, me estas dando opción a no decirtelo ahora, que diferente seria un: díme quien eres... te lo dire, no te preocupes.

[Maxwell] dijo...

Este dia se ha vuelto comercial. acaso se ama una vez al año, acaso se regala una vez al año??
Hay que querer todo el año mostrando detalles.
Ya fue un martes cualquiera

Erika dijo...

Exacto! Un martes :)