domingo, 24 de julio de 2011

Feel like a Journalist?

No me cuesta reconocer que a las mujeres les gusta el fútbol. Nada que ver con lo que dicen: "En sí no les gusta el fútbol, lo que les gusta son las piernas de los jugadores". Bueno, en esto último puede que tengan razón, pero no hay que generalizar. Y es que... ¿acaso uno no se puede emocionar con un gol? YO, POR EJEMPLO, me emociono mucho. Yo no puedo ver un partido tranquila, si está jugando mi equipo puuuuucha... la cosa cambia. Cuando meten goles, la sensación es única: Algo aflora desde el estómago y empieza a invadirlo todo. Pecho, cara, un cosquilleo en los brazos. Dan ganas de gritar y la vista se nubla.


Algo así como GOOOOOOOOOOca Cola. ¿LA VIERON?

El peruano siempre ha tenido muchas expectativas respecto a su selección, que siempre dejaba mucho por desear en el pasado. Pero está bien dicho: Eso fue en el pasado. Un taxista me dijo que antes, en la primera ronda de la Copa América nos eliminaban. Que no daban ganas de ver, que hasta nosotros mismos renegábamos de ellos. Que no valía la pena.

Dijo que antes no podíamos ni soñar con acariciarla.


Al principio, parecía que todo iba a seguir el mismo rumbo. En Facebook lo molestaron mucho a Markarian, y si me permito una autocorrección: no sólo lo molestaron a él. No sé si fue o no una virtud participar en la GUERRA DEL PACÍFICO v2.o. Un día, si mal no recuerdo fue sábado, desperté y antes de ir al trabajo -sí, bueno, estoy trabajando y se puede decir que es la principal razón de la ausencia de posts aquí- entré a internet para darle una ojeadita.

No, bueno, en realidad no sé para qué entré.

Supongo que es la costumbre, en fin. El hecho es que... no sé cómo es que de la nada me veo en una página cuyo contenido era altamente ofensivo y violento en contra los peruanos. No en contra de Keiko, no en contra de Humala, no. De ellos no fue el show. Susodicha abarcaba a todos. TODOS. La gracia, según mis averiguaciones, estuvo en la red hacía tres días. TRES DÍAS RECIBIENDO INSULTOS! ¿Cómo es que no me enteré antes?, me pregunté. Obviamente, me indigné. Contra el tiempo y a pesar de su contenido, le resté importancia. Lo tomé como un plus gracioso y me fui... Si es que para ese momento la página no tenía mucho movimiento, cuando volví todo cambió notoriamente.


Qué barbaridad, por mi madre.


Una artillería de insultos, groserías y demás mariconadas irreproducibles que, además de dar risa por lo patéticas que eran, daban cólera. Herían la autoestima de cualquiera que resida entre Tumbes y Tacna. Claro, el peruano se defendía. Y se defendía bien. Me hubiese encantado guardar un par de imágenes que circularon esos días, pero no pues, más caracola, no guardé ni una sola.

Pero mejor, qué iba a hacer yo guardando tanta hue3ada.

Pasaron los días, las agresiones iban en aumento. Un hecho que calentó el incendio fue el Perú - Chile. Uuuuy no, para qué contarlo. Todas las agresiones se convirtieron en una sola palabra. AUTOGOL. Que el autogol por aquí, que el autogol por allá. Buff! ¿cómo defenderse de esa? NO había forma, era demasiado evidente.

ÁÝ! Péró sí lós pérúánó cómépálómá nó són má cúlíáós! hácién áútógól y quérí diéféndér á sú éqúípóh cúlíáó!

TERRIBLE! Yo me espanté de ver tanta tilde junta. No quiero pecar de criticona o pleitista pero... es que acaso la amixereada se fue hacia el sur? HAGO LA ACLARACIÓN, QUE NO ERAN TODOS, pero sí algunos. En fin, me voy al hecho de leer cosas -más graves que la anterior, en su mayoría- indiscutiblemente ofendían el ego blanquirrojo. El peruano tuvo que lidiar con esto alegando que Chile no ha ganado - en toda su historia- una sola Copa. "Las únicas copas que Chile conoce son las de vino". Todo se puso al rojo vivo, insultos hacia Machu Picchu, debates del Pisco, estabilidades económicas, fotos de edificios, discusiones de modernidad y demás desfilaban en más de una página que dedicaba su origen al eterno Clásico del Pacífico que se trasladó de lo físico a lo virtual. ¿Qué respondió el peruano? "El pisco es peruano, el mar es peruano y hasta los goles de Chile son peruanos"

Tras eso, leí unas mentadas de madre... increíbles.

Era casi admirable el ingenio del que todos se hacían dueños al momento de insultar. Cosas que daban risa, verdades que daban cólera y burlas injustificadas y mal hechas que daban más cólera aún. Todo esto hasta que Venezuela eliminó a Chile. Uy no! Todo el ego mapuche y las defensas que hasta aquel día parecían sólidas -incluso con ansias de aplacar a los cholos- se vieron de cara al piso. Un mar de sarcasmos:

"Las únicas copas que Chile conoce son las de vino... pero las que mejor conoce son las de vino tinto!!"

La disputa se dilataba a pesar del buen número que hacían entre peruanos y chilenos para hacer la paz. Venezolanos y peruanos, hicieron al parecer un pacto anti-mapuche por lo que Chile empezó a dar golpes bajos. Más de una vez me pregunté cómo es que actúan aquellos que viajan hacia el sur en miras de prosperidad, solvencia y éxito, digo, porque en los comentarios que leí vi algo que sólo podía adoptar dos nombres: realismo o xenofobia.

ALTO, bien... me siento narrando un partido de fútbol, jaja.

Uruguay nos desplaza, las páginas antichilenas se agobian y Chile entero esboza una sonrisa. "Chile no tendrá la Copa pero Perú tampoco". Aquí es donde la gente, al parecer, se aburrió de la violencia. Los ignorados que vociferaban paz al fin fueron escuchados. Empezaron los tratados de paz y los chistes. Se acabaron los insultos, la gente sonreía... me atrevo a decir que hasta coqueteaban. Sí, coqueteaban con aquellos con los que días antes habían iniciado una rueda interminable de dimes y diretes que sólo hacían más profundo el sentimiento de rivalidad que se respiraba en la atmósfera virtual.

Hasta que llegaron las semifinales: Perú - Venezuela. Se acaba el "tratado".

Entre todas las opciones, los autodenominados soldados virtuales del Perú decidieron seguir en paz con Chile y tras los cuatro goles que hicieron gritar a más de uno de la emoción se leyó "Chile, el Perú te ha vengado". No sé qué puedo decir de todo esto. Creo que esta ha sido la semana en la que más peruanidad se ha sentido. Al menos yo me sentí más peruana que nunca, claro que hubieron los que inútilmente se preguntaron qué tanto le apasiona el fútbol a la gente y creo que hallé la respuesta.

En realidad es más que fútbol.

Es la representación de tu equipo, de tu país. De la tierra que es tu hogar y de su gente. ¿Se necesita algo más? Si no sentimos ese cosquilleo, esa piel de gallina y esas hormigas incandescentes en el pecho cuando el Perú logra algo, no merecemos ser peruanos. A los que están en desacuerdo conmigo, lo siento, no acostumbro a cambiar mi opinión sólo porque a un puñado le desagrada. Si no gritas, si no te emocionas, si no lloras y si no asumes roles defensores por tu país ¿por qué país lo harás? Mujeres, hombres, da igual. El fútbol es uno de los deportes que despierta pasiones y que mueve masas, reconozcámoslo. Aunque es verdad, no sólo debería ser el fútbol. En realidad el voley también nos hace inflar el pecho, pequeño error de la prensa el no difundirlo con igual énfasis. En fin.
Con la Copa en manos Uruguayas y multitudes que ovacionan a Markarian, me despido. Ojalá comentando de un Perú en el mundial.


5 comentarios:

Leo dijo...

jajajaja mori!!! xD

soy nuevo blogger
http://elblogdesebass.blogspot.com/

Cinthya Castillo dijo...

Mejor narrado no puedo estar!!!..

Chevere tu blog!"

Erika dijo...

Gracias :D Es un placer saber que les ha gustado.

Victor Falconí dijo...

Bahahahaha xDD! Buen post. Me encantó esa que dice "el mar es peruano, el pisco es peruano y hasta los goles de Chile son peruanos" ajkajasdsfuhafas, morí. El pajarito ese se metía en la lectura y no me dejaba ver algunas palabras. Buena narración. Saludos.
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Visiten mi blog y, por favor, comenten ಠ_ಠ!! http://bit.ly/qFA6n6

Erika dijo...

Gracias Victor :D cómo contacto contigo?