viernes, 2 de septiembre de 2011

Chau Ron?

No me quiero morir sin conocer París. No quiero morir excluyendo de mi vista la hermosa Torre Eiffel. Quiero viajar, quiero volar. Quiero tenderme en cartones voladores que no sean más que casas en las que pernocten los policías de mi consciencia, drogándose en la voz de mi silencio.

Internacionalizándose, viviendo.

Quiero viajar y conocer Italia, Irlanda y España. Quiero volar, quiero sentir. Quiero viajar en barco, y que llueva cuando esté a bordo. Quiero confundir las gotas de agua con los salpiques del mar y mis lágrimas. Ambas igual de saladas. Ambas igual de secas. Ambas son inexistentes porque jamás lloraré sal.

No lloraré sal, ni porque sea la persona más salada del mundo.

Iré lejos, sentiré el viento en mi cara y gritaré que el mundo es mío. La tarea que incumpliré siempre será eternamente calificada como un veinte, y nadie me señalará por evasión. Nadie me dirá si hice trampa, nadie me cuestionará por qué. El vapor en la sangre huele a alcohol y mi cerebro lo confirma. Mis ojos son garantes y mi cansancio recibe la factura.

La factura del primer ron que me invita un desconocido. 

El sueño me vence y lo rechazo. Lo rechazo porque no lo conozco y porque quiero viajar. Él no parece querer viajar, sólo quiere bailar conmigo. Los párpados pesan y los ojos queman. En las sienes siento un pulso que es ajeno al mío y que es ajeno a mi alrededor. No consigo sentir otra pulsación que no sea la mía. Lo dudo, lo pienso, lo analizo.

Hoy fue destructivo.

Me gustaría tener muchos polos blancos que griten paz. Que la gente se los ponga para ser felices. Para decir lo que sienten. Para no avergonzarse de lo que piensan. Para juzgar lo que creen. Para cuidar lo que sueñan  y para compartir lo que valoro. Tengo sueño y ese Ron aún grita mi nombre. Mis ojos le rechazan, le sacan la lengua.

Lo ofenden, lo insultan.

El ácido en mi boca, la pena de mi estómago y el alcohol en la sangre me hacen dar sueño. Me hacen escribir cosas como ésta que no tienen sentido pero por lo menos están escritas con tilde y eso me basta.

2 comentarios:

Victor Falconí dijo...

Yo también quiero viajar por el mundo, conociendo cada rincón, guardando experiencias únicas en cada viaje. Pero me gustaría viajar acompañado. No tomo, así que no creo que quiera ron o cerveza o algo así. Saludos y buen post.

Erika dijo...

Jajaja, sí, algo bohemio. Gracias.